miércoles, 15 de julio de 2015

De vacaciones...?!

Muchos de los que leáis esta entrada me comprenderéis y otros diréis que estoy como una cabra.
Mi vida cambió el día que tuve a mi hija. Ya sé que es un tópico lo que he dicho, pero es bien cierto.
Cuando se tiene una personita que depende de ti, todo cambia. Dejé de ser ANA para ser LA MADRE DE...en mi caso Ariadna.
Y sí, depende de ti. Las 24 horas del día, 7 días a la semana, 365 días al año. Me diréis, ¡que exagerada! ¿y cuando está con su padre? ¿o con los abuelos? En ese momento tú puedes descansar. La respuesta es SI y NO. Si porque puedo descansar físicamente (no tengo que ir detrás de la peque, no le tengo que cambiar los pañales, no tengo que darle de comer, etc...) pero no mentalmente. Se establece un vínculo psicológico tan fuerte que no hay manera de cortarlo.
Las madres tenemos la esperanza que cuando nuestros hijos crezcan ese vínculo emocional vaya menguando y podamos tener un respiro. Nada más lejos de la realidad.
La palabra MAMA en mi casa es pronunciada una media de 15 veces cada hora cuando está mi hija presente. Y eso que tiene casi 13 años. Llega un momento que respondes por inercia ¿qué?¿qué?¿qué? y que ella dice MAMA también por inercia MAMA, MAMA, MAMA. Total que una por otra nos pasamos todo el día:
-MAMA
-¿qué?
Silencio....
Entonces se me ocurre variar y decirle:
- Di lo otro Hija.
Y ella responde:
- No sé, nada.
Y eso no es todo.
Como ya es grande, es verano, tú como adulto no tienes vacaciones, ella como estudiante tiene 3 meses, decides apuntarla a una colonias. La apuntas por varios motivos: para que se divierta y disfrute del verano y también con la esperanza de tener unos días para volver a ser TÚ y no la MADRE DE.
Te pasas medio mes esperando que llegue el gran día en el que empiecen las deseadas (por todos los miembros de la familia) colonias. Y llega ese día. Domingo en mi caso. La llevamos a las colonias, la acompañamos a la inscripción, a llevar la mochila a la habitación, nos despedimos de ella y cogemos el coche de vuelta a casa.
Vamos en el coche y.... silencio sepulcral. ¿Qué está pasando? Ya han llegado las deseadas "vacaciones" y... ostras... te quedas en blanco. Empiezas a pensar... ¿estará bien? ¿Comerá bien? ¿se lo pasará bien? ¿Le gustarán? ¿Se aburrirá? ¿Hará amigos? y...no dejas de pensar en ella. Durante el día: Ahora estará comiendo, ahora estará haciendo tal actividad, ahora estará,...
Tus deseadas vacaciones de desconexión se han convertido en las desastrosas vacaciones de nostalgia. Así que... ni vacaciones ni ostias!!! Cuando eres madre, lo eres con todas las consecuencias!!
Ahora sí, os puedo asegurar que los días me cunden mucho más para hacer de todo y... tengo mi casa recogida y limpia como una patena.
Pero...estoy deseando que se me acaben las "vacaciones" para poder volver a escuchar MAMA y poder contestar ¿qué? por inercia.

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